Carnaval del 77,
Club Shangrilá. La barra de amigos, el sábado, el baile y las chicas, 26 recién
cumplidos. Pasable de facha, auto, casa, dinero en el bolsillo, mas de dos años
sin pareja firme. Un amor de adolescente me falló y no quiero compromisos, hoy
salí con una escribana elegante, cenamos, bailamos, nos besamos. Pero se puso
en seria y la llevé a su casa. Me vine para el baile del Chucu-Chucu con los
muchachos, carnaval a pleno, todas las chicas de cacería con la artillería
desplegada. Maquillaje, ropa a la moda, tacones, perfumes sensuales que
embriagan los sentidos. Cerca de un ventanal hay un grupo que atrae las miradas
masculinas. Entre ellas una rubia conocida, la del perro llamado Navidad, el
que rescaté del coheterío justo en esa fecha, hace dos meses. Alguien me dijo
de quien era y se lo llevé hasta la casa. Me contó que el cuzquito se llamaba
así porque nació un 25 de diciembre. Se llama Laura, está que se parte y era
novia de un amigo pero ni me registra. Ahora anda por ahí, entre las mesas, no
se queda quieta igual que el sábado anterior y yo no sé que estoy esperando
para acercarme y sacarla a bailar. Por qué llevé a la escribana de regreso? Fue
por la rubia? El Lolo dice que me tiene muerto y el Flaco Juan se ríe mientras
saca otra lechuga de cien mangos del bolsillo y rellena los vasos de cerveza
Pilsen. Había otra el sábado pasado, una pelirroja alta. Estaba sentado en una
mesa cuando ella pasó con la farándula como tres o cuatro veces junto a mí, a
mis espaldas. Me empujaba la silla a cada pasada con las nalgas. Al cruzarnos
las miradas me sonreía pero yo estaba acompañado y así pensaba dormir. No me
fuera a quedar sin el pan y sin la torta. Ella estaba con unas amigas del barrio,
antiguas compañeras de la escuela.
Hace rato que a los
muchachos no los bifurco, me corto solo y chau.Hoy no vino la de la farándula
pero esta la rubia con su cara de modelo europea y ese cuerpo cimbreante cuyas
curvas prometen el cielo y el infierno. Ahora baila con un flaco del montón que
ni se mueve. Apenas largue le bajo el hacha, quiero bailar las lentas con ella,
susurrarle al oído y emborracharme con su aroma. Es ahora, es esta hora o algo
mas porque después vienen las brasileras y todo el relajo carnavalero, no se
puede apretar con la mina a un metro de distancia. Ya está, se va para la mesa
de nuevo, se terminan las pavadas.
- Hola, Laura, como
te va?
- Hooolaaaa! El
salvador de mi perrito! Bien, y vos?
- Con ganas de
bailar, que decís?
- Mmmm, sentate un
poquito y servite cerveza…Federico era?
- No, no, Fernando.
Paaah, que
rompebolas, no me gusta hablar adentro, no se entiende nada con la música al
mango.
- Clarooo, Fernando,
el amigo del Negro…
- Ni sé de la vida
de él, y vos?
- Desde que nos
separamos ni medio…
- Si, entiendo, me
imagino, bah.
- Estas seguro que
no lo viste hoy?
- La última vez que
lo vi fue en Colonia esperando para cruzar, hace como un año.
- Todo bien con él,
pero no quiero ni saber.
- Mirá, si pensás
que me mandó el Negro charlamos otro día. (Para que carajo me preguntás
entonces)
- No, en realidad
me gustaría preguntarte algo. Pero contame la pura, eh?
- Prometido. Apretá
el gatillo.
- Vos no estabas
con una veterana Chic Parisien el sábado?
- Sí, una amiga.
(páfate, me vio con la escribana, pero no hoy) Salimos a bailar.
- Y el oootro
sábado no estabas con Silvia Benítez?
- Sí, mi vecina.
- Cambiás de mujer
como de camisa vos…
- Bueno, dos cosas.
Uno, me gustan las mujeres. Dos, hace mas de dos años que no tengo pareja,
libre y solterito. Además son amigas, nada que ver. (Ya me tranqué, todo con
dos)
- Pero amigas muy
cercanas se ve, porque la Chic Parisién
estuvo como pegada todo el baile.
- Ves, por ahí me
gusta más. Hay algo verde en tu mirada. (vamo arribaaaa)
- Mis ojitos son
azules, che.
- Y preciosos, por
cierto. Los celos son verdes.
- No celo lo que no
es mío.
- Y lo que puede
ser tuyo?
- Mmmm… - baja la
cabeza y luego la levanta luciendo la melena.
- Escuchá lo que están
pasando…dale, vamos a bailar.
- No sé, me parece
que vos me querés apretar…
- Noooo. Quiero
bailar contigo, saber que se siente tomarte entre mis brazos, soñar con la
música en los oídos y tu mirada en la mía. Saber que se siente al poner mi mano
en tu cintura y aspirar tu aroma de mujer hermosa, eso quiero.
- Ayy, por Dios,
con razón. Ya me dijeron que tenés más versos que Neruda.
- Tómame o déjame,
dice Mocedades.
- Tomo y obligo,
dice el tango.
- Así me gusta.
Quien no arriesga no gana.
- Ya perdí feo una
vez, que no se repita.
- Conmigo no podés
perder, preguntale a tu perrito.
- Si, es cierto, te
portaste como un caballero. Le concedo esta pieza, señor, jaja!!
- Vamos entonces.
- Vamos.
La rubia se
levanta, camina y cosecha miradas. Llegamos a la pista mientras Los Iracundos
cantan Puerto Montt. La tomo de la mano, rodeo su cintura apenas y marcamos
lento el “porteño”. Nos entreveramos con
las demás parejas, girando y girando, enfrentadas miradas y sonrisas. Seguimos
bailando tema tras tema, todos románticos, en cualquier momento se terminan las
lentas y, por ahora, no hay caso de entrar al área. Pasan los minutos y se oyen
violines, el DJ debe ser telépata. Es Leonardo Favio cantando Muchacha de
Abril, no puedo ligar tanto.
Pongo toda la carne en el asador. “Quiero aprender de
memoria, con mi boca tu cuerpo, muchacha de abril, y recorrer tus entrañas en
busca del hijo que no ha de venir”. Maestrooo, maestroooo. Llevo aquella mano
suave de finos dedos y uñas pintadas hasta mi corazón, para que note ella como
galopa desatado, acerco suavemente su cuerpo al mío y su cabeza se apoya
lentamente en mí. “Quiero partir con mi canto tu cuerpo de niña y hundirme a
vivir. Nada me importa la gente, que opina y se mete, no me han de entender.”
Poco a poco mi pierna se cuela entre las suyas, acaricia sus muslos a cada
paso, lenta, cadenciosamente. Ahora nuestros cuerpos apenas se mueven, unidos,
irradiando calor a través de la fina tela veraniega. Mi rostro se hunde en su
pelo y respiro su perfume…Siete Brujas? “Como
explicar que te quiero, que me sonrío y muero al verte pasar, como explicar que
te amo si no fuiste mía ni lo serás jamás”
Mi brazo derecho aumenta levemente la presión, ella se abandona y
percibo la turgencia de sus senos. “Como
explicar que me duele hasta el aire que juega en tu pelo y tu andar, piba si
escuchas mi canto sabrás que es el llanto que lloro por vos” Que bárbaro el
porteño, este sí que tiene mas versos que Neruda. El aprete es total, percibo
como se estremece la rubia en mis brazos, lo complicado es que yo también. La
suavidad de su pelo me roba, en un roce con mis labios, un beso contenido. “Poco me importa la gente que opina y se
mete, no comprenderán” Y ahora? Quien
podrá defendernos? Ella aleja su cara presa de un suave rubor y más que oír su
voz leo sus labios:
- Sabés que me pone
loca este tema, yo nací en abril.
- Es para vos, entonces, nena, será nuestra
canción.
“Ay si pudiera en
tu pecho tener el sosiego y encontrar la paz y acariciando tu pelo encontrara
el sueño que no puedo hallar. Ay si tu boca me diera callada la forma del amor
y amar, encontraría un motivo de seguir viviendo, de poder luchar.” Siento como
sus largas uñas recorren mi nuca y se hunden en mi pelo, suelto su mano que se
quedó en mi pecho para acariciar aquella melena dorada y entonces nos miramos como si en ello nos fuera la vida. “Quiero aprender de memoria con mi boca tu
cuerpo, muchacha de abril, y recorrer tus entrañas en busca del hijo que no ha
de venir” El beso es largo y dulce, se prolonga hasta el final de la canción y
nos seguimos moviendo aún después de finalizada, pero ella rompe el abrazo
bruscamente.
- No te parece
que…? Dejame, me voy a la mesa!
- Paráa, paráa. No te pongas así, vamos a
hablar un minuto.
No hay caso, se
sienta al lado de una amiga y ni siquiera me mira.
- Dale, vamos
afuera y hablamos dos minutos nada más.
- Ni loca! Acá
adentro me besaste, allá afuera …andá a saber.
- Nos besamos, que es diferente. Es que el
tema es muy romántico. No pasa nada, nena, no tenemos compromiso con nadie y
tampoco entre nosotros.
- Mejor entonces,
dejala así.
- Mirá, te propongo
que vayamos a sentarnos dos minutos afuera, en el murito del frente. Prendemos
un cigarro y cuando se termine entramos de nuevo, palabra.
- Para qué, decí lo
que tengas que decir acá.
- Es solo entre vos
y yo, no seas mala conmigo, vos también te dejaste llevar, o no?
- Gloria, si no
vuelvo en 15 minutos me vas a buscar.
- Si, andá. –
responde la aludida.
A la pasada levanto
dos refrescos de la cantina, salimos y nos sentamos en el muro. Hay más parejas
por allí y algunos grupos también.
- Mirá Laura, no
quise molestarte, lo que pasa es que…
- No me molestaste vos, estoy mal conmigo
misma.
- Por qué? Que
tiene de malo un beso? No te gustó nadita?
- No entendés.
- Explicame.
- No quiero.
- Te explico yo. El
que se quema con leche ve la vaca y llora. A vos te fue mal con el Negro y
estas con miedo. Tenés que vivir la vida, hacer lo que te agrade y no
comprometerte hasta que estés lista y bien segura. Así de fácil.
- No puedo, yo soy
muy pava. No sé como hacés vos. A cada rato te veo con una distinta. Por lo que
sé te pasó algo parecido…bueno, los hombres no quieren a nadie.
- No sos pava, sos
una chica atractiva, simpática, bailás bien…
- No tan bien
porque cierto conocido mío en lugar de bailar…
- Bueno, eso es
parte de la atracción que despertás. Yo solo quería que pasáramos una noche
divertida.
- Así que no estaba
tan errada, para vos esto es diversión. Los hombres son todos iguales.
- No me salgas con
ese lugar común. Si la pasamos bien bailando no tiene nada de malo. Pero si no
estas a gusto conmigo no hay nada que hacer.
- No es eso, me
encanta estar contigo, siempre me caíste bien. Pero sos como el Negro, andás
siempre con una chica distinta.
- Mirá, Laura, yo
solo quería bailar contigo. Ni te miento ni te engaño pero en casarme no pienso.
Mejor te acompaño adentro y otro día hablamos más tranquilos.
- Bueno, pero no te
enojes conmigo, yo soy así, desconfiada. Siempre me parece que me están
mintiendo.
- Todo bien, no
pasa nada. Si algun día querés salir, sin castigarte la mente, avisame.
Vuelta a entrar.
Por qué son tan complicadas algunas minas? Por que otras son tan sencillitas? Con
algunas hay que conversar 72 horas para llevarlas a la cama, con otras es solo
invitarlas y listo. Unas te siguen hasta la cucha del perro, otras las mirás de
reojo y no te hablan nunca más. No hay término medio? La rubia es un camionazo
pero también es un problemón.
- Bueno, nena,
gracias por bailar conmigo. Nos vemos otro día.
- Chau, Ferny, dame
un besito.
- Chau.
Me voy con los
muchachos y a otra cosa. Que manera de perder el tiempo. Ferny?
La barra está en el
otro extremo, en una mesa llena de botellas vacías y con dos flacas sentadas
entre ellos. Llego y empiezan las preguntas.
- Después les
cuento, che, no sean cargosos.
- Se calentó el motor.
Tomá, metele una cervecita fría al radiador.- invita el Flaco Juan.
- Te estaba
buscando la Sandra.
– informa mi primo Danko.
- Dónde se metió?
- Esta bailando con
el Lolo.
- Páfate, ya me
metió el garrón.
- Bueno, que
querés, estabas chuponeando en la pista.
- No, si vine a
jugar al ludo con ustedes, jajaja!!
Me siento al
costado de una de las flacas. No se la come ni el ácido. Ya son como las tres y
media, difícil pescar algo bueno a esta hora. Noche perdida. Por más ganas que tenga
de irme estoy con el auto y no los puedo dejar tirados. Prendo un cigarrillo y
me acomodo para esperar que se aburran. Tengo para rato seguro. Antes de
terminarlo veo venir a Gloria, la amiga de Laura, como buscando a alguien. Es a
mí.
- Disculpá que te
jorobe pero Laura quedó lloriqueando. Que pasó?
- Nada, está muy
complicada. A lo mejor sigue metida con el Negro y eso la tiene mal.
- Mirá, ella hace
como dos semanas que solo habla de vos. No nos cuenta nada pero ustedes se
están viendo hace tiempo, no?
- Para nada. Yo no
estoy más que los fines de semana, viajo por todo el interior de martes a
viernes y los lunes me los paso haciendo compras en Montevideo.
- No entiendo nada.
Bueno, si te parece andá por la mesa en un rato, esta en el baño ahora. Dale?
- Dale.
La rubia esta
rayada de verdad o la amiga me esta mintiendo…o ella. O las dos. Que se pasa
hablando de mí? Esa no me la creo.
- Y ahora que pasó?
– pregunta el Flaco.
- Que se yo! Tan
locas las minas. Son un señalero, ahora sí, ahora no, ahora si…
- Recién te das
cuenta?
- Y yo que sé, ya
tengo un mareo bárbaro, ahora vino la amiga a decirme que esta llorando. Yo que
tengo que ver?
- Y andá, boludo.
- Pero esta
encajetada con el Negro Eduardo, llora por eso. Estoy recién saliendo de mi
propio lío, me tiro al agua, me engancho, me escupe y zácate, otro porrazo.
- Dejate de dramas
y dale. Que? Te vas a enamorar ahora? No me jodas.
- No da para mas.
Che, si ven que se arreglan, yo me voy.
- Dale tranquilo,
yo te iba a decir eso. Tu primo y yo nos vamos con las flaquitas y el Lolo
seguro que engancha a Sandra.
- Lujo, me aspirino
entonces. Antes paso a ver que le pasa a la rubia.
- Y que le va a
pasar? Ni ella sabe que hacer con ese bruto lomo que tiene, jajajaja!!!
Doy una vuelta del
perro y arranco para la mesa de Laura pero no la veo ni pintada. Cuando
pregunto me dicen que sigue en el baño, pero las amigas no quieren que me vaya.
Va una de ellas a buscarla y la trae entre gestos y conversación. No puedo
creer lo que escuchan mis oídos cuando la rubia se me acerca.
- Me podrás llevar
hasta mi casa? Me quiero ir y ellas se quedan.
- Por supuesto, yo
también me voy, te dejo de pasada.
- Genial. Estoy
muerta de sueño.
Arranco por Calcagno
hacia arriba en silencio, le doy lugar a ella para callarse o hablar. No dice
una palabra y son cinco cuadras hasta la casa. Paro en la puerta y me quedo
observándola calladito. Se demora en buscar las llaves, revuelve la cartera,
las saca, se sube el cierre de la camperita de jean que resalta sus pechos, se
acomoda el pelo y, cuando hago ademán de bajarme para abrirle la puerta, me
para en seco.
- Esperá, nos
despedimos antes de bajar, si?
- Claro. – cierro
la puerta porque ya sé lo que va a pasar.
Nos acercamos para
el beso en la mejilla pero apoya una mano en mi pierna. Le doy un piquito, otro
y luego el beso de la pista se repite. Otra vez suena en mis oídos la voz de
Favio…”Quiero aprender de memoria…”
- Vamos a casa a
tomar un café?
- Estás solo?
- Vivo solo.
- Un ratito nada
mas, te tengo que contar algo.
- Dale.
Llegamos, abro la
puerta, nos quitamos las camperas y preparo el café. Ella enciende la radio y
busca entre los cassettes. Pone uno de Roberto Carlos y deja otro junto al
aparato.
- Que me ibas a
contar?
- Es que no sé que
te dijo el Negro de mí, por qué fue que terminamos.
- No importa.
- Lo que pasa es
que bla, bla, bla, y entonces bla, bla, bla,la madre dijo bla, bla, y Gloria lo
vio bla, bla, bla, pero nunca pasó, entendés? Después el día del cumple de…y la
loca esa…y el Negro…pero al fin…
- Sí, me imagino.
(pero no quiero ni saber)
Pasa el rato, hay
que escuchar la historia, pero tratando de llegar al final antes del amanecer…
- Yo no tenía
que…cuando…el día anterior…y a cada rato…los amigos…una tarde…la moto de
Esteban…mi hermana…y entonces justo en Navidad se perdió mi perro.
- Claro, y apareció
acá disparando de los cohetes.
- Sí. Vos como
sabías que era mío?
- Unos días antes
había llevado al Negro a tu casa y lo vi, me pareció conocido después. –
inventé mientras servía el tercer café.
- Aaah. Nada, que
me pareció un gesto lindo de tu parte.
- Nada que?
- Que no sé si
decirte…
- Dale, esta todo
bien. Decí lo que quieras que yo te juro que también lo hago…
- Que estabas
churrazo, así de lentes y gorrita guerrillera, los Lee ajustados que…te
marcaban todo. Ay, que estoy diciendo…
- Y vos estabas
divina, con esa cascada dorada cayendo sobre la colita. Casi me quedo mudo
cuando agarraste a Navidad con esas manitos de ángel y lo apretaste contra tus
pechos…quien fuera el perrito, mami. ( ayayay, ahora que pasó?)
- Sos loco! Y
nada…después te veía en los bailes con esas putas de mierda y te ibas antes del
final con ellas y yo me imaginaba cosas.
- Que cosas? Decime
antes de que salga el sol! ( va a pensar que soy vampiro, que boludo!)
- Y...estabas con
ellas, así…que se yo. Tan alto y caminabas llevandote el mundo por delante, con
pasos firmes…y bailabas …y las besabas…
- Y no comentabas nada
con tus amigas? (me mata la mina, me mata)
- Noo, de primera
me dijeron que eras muy mujeriego, que tenías auto, casa y que estabas cómodo.
Que nadie sabe de donde sacás plata…que tus amigos también son medio misteriosos,
que se yo.
- Y la curiosidad
mató al gato…(le tengo que hacer un monumento a la loca que le hizo la cabeza)
- No sé, es que
todos los loquitos me perseguían y vos ni bola, estabas como en otra, con las
putitas esas.
- Nunca te di bola
porque eras la novia de un amigo. (soy mi héroeeee)
- Tu amigo hablaba
pestes de vos.
- Que vas a hacer…
(seguir durmiendo, porque seguro que estoy soñando)
- Y nada. La cosa
es que yo veía siempre muchas mariposeando alrededor tuyo, mis amigas decían que
estabas buenísimo, que te iban a enganchar y te iban a hacer de todo. Gloria
decía que se iba a internar contigo una semana, jajaja!!
- Y vos? (mañana
cambio el espejo)
- Yo callada, si ni
me mirabas…
- Jajaja!! Que no
te voy a mirar! No me cazabas vos mirándote. Se me desarmaba el bocho de verte
bailar, moviendo las caderas y sacudiendo la melena. Esos ojazos azules!!!
(Scania con acopladoooo)
- Nunca me di
cuenta, o no me fijé, jaja!!
- Un día ibas a
una fiesta o algo así. Tomaste el buque con el Negro. Llevabas un vestido negro
con tajo al costado y cuando subiste te viché las gambas, de medias negras, con
unas sandalias de tacones altos. Soñaba con esas piernas cruzadas en mi
espalda… (tiro libre al borde del área)
La rubia se levantó
y puso el otro cassete. Era Leonardo Favio de nuevo. Hizo correr la cinta unos
segundos y le dio play. “Quiero aprender de memoria…”
- Y que más soñabas
conmigo, degenerado…contame, dale.
- Que te comía esa
boquita preciosa a besos, que me perdía en vos, que te acariciaba , que te
sacaba toda la ropita bien despacito… (peeeenaaaaaal)
- Sí, sí…y después?
- Que me dejabas
loco porque tu piel es suave como terciopelo, mami, que el aroma de tu cuerpo me marea y que por fin vas
a ser mía, toda para mí solito, amor de mi vida. (donde compré el café ese que
le di?)
- Si papito, sí, yo
también soñaba contigo.
Leonardo Favio le
canta a la muchacha de abril en el amanecer de febrero. En la mesa solitaria
un pucho se quema en el cenicero y el resto del café se enfría en dos tazas sin
platillo. Ya nadie se interesa en el destino del Negro ni del perro Navidad.
- Mi vida…tengo que
decirte algo.
- Mmm? Ah, sí, yo
también tengo hambre…y sed. Vamos a...
- No, no. Primero
escuchame.
- Si claro, amor,
pero despues, ahora vamos a…
- No, no, tiene que
ser ahora.
- Pero no puedo
ligar tan mal! No seas malita, cosita preciosa de papito.
- Es importante
para mí.
- Noo, ya sé, estoy
soñando y me vas a despertar, justo que estaba por…
- Te digo?
- Es tan
importante?
- Claro!
- Bueno dale, nos
pasamos hablando y yo quiero escuchar tus gemidos nada más.
- Ay, grito mucho?
- Pero mi vida,
gritá sí, gritá como loca que me gusta, pero…
- Bueno, te digo o
no? No me dejás hablar!
- Es que no quiero
hablar mas, mi cielo. Decime de una vez , por favor!!
- No cumplo en
abril, soy del ocho de agosto, mi amor.
Marzo de 1977